PRESENTACIÓN

En esta sección de nuestro blog se incluirán, a partir de este momento, todos aquellos textos aprobados por sus méritos, como ejercicios de escritura. Estos ejercicios continuarán con otras formas de expresión literaria: diálogos, etopeyas, monólogos interiores... etc. Raymundo GC.

domingo, 30 de marzo de 2014

LA VISITA



Era la 1:15 en la madrugada. Ella se encontraba en el punto más profundo de su sueño. Soñaba con la muerte de su madre, y siempre lo hacía porque él siempre estaba allí. Él era muerte. La contemplaba así: ignorante y tierna. La contemplaba de nuevo: ambos dormidos.
Ella se movió: él se acostó
Ella abrazó su almohada: él la abrazó a ella

Sus ojos eran perfectos para él. Un azul parecido al aura que lo rodeaba desde unos años atrás. Un azul parecido a ese viejo lago donde su abuelo le había enseñado a matarse. Un azul parecido al cielo donde nunca iría. Eran mentira, como él, como todo: estaban cerrados.
Su boca era perfecta para él. También callaba. Sólo se movía para suspirar. Él había olvidado como hablar, como suspirar, como reírse. Sólo sabía besar. Besarla, que era lo mismo. Le gustaba jugar con su quietud: estaba cerrada.
Ella tenía frío: él la tocaba.
Ella tenía calor: él la dejaba.

No recordaba muy bien cuando había empezado todo esto. El tiempo. Sólo sabía que la perseguía entre los muros que él atravesaba, que al asustar a borrachos veía su cara, que quería irse de nuevo para ver si olvidaba su recuerdo, aunque este había sido creado en el presente, y no en el pasado. El tiempo.

No quería, sin embargo, que ella se fuera con él. Así por lo menos no podría negarlo, no podría tomar la decisión que él ahora le obligaba a tomar. La prefería así: ignorante y tierna.

Era la 1:20 en la madrugada. Ella poco a poco se iría despertando. Siempre lo hacía alrededor de esta hora. Le parecía normal hacerlo después de unos años. Miró entre sus sabanas, luego su cuarto. No había nada.
Por: Karla Aguilar.




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